jueves, 10 de enero de 2008

¡Un saludo!


Todos nos hemos preguntado por esa forma un tanto afectada de saludar de Hitler. Lo hemos visto, entre otros muchos sitios, en el NODO, en el famoso encuentro con Franco en Hendaya.

La solución al enigma es que había dos saludos. El saludo "tipo" se realizaba levantando el brazo derecho extendido totalmente hasta la altura de los ojos aproximadamente.



La otra forma, que se conoce informalmente como el saludo de "vuelta" es el típico que hacía Hitler cuando le saludaban, no con el brazo extendido, sino poniendo la palma de la mano a la altura de la oreja (la que comentamos al inicio). La esencia del saludo era levantar el brazo derecho y que la palma de la mano fuera visible en mayor o menor medida.

El saludo de vuelta no estaba reservado para Hitler. El saludo de vuelta solía hacerse cuando alguien era saludado primero. Era una forma de devolver el saludo recibido.


El saludo tipo consistía en extender el brazo y la mano derechos a la vez que se exclamaba Heil Hitler! o Sieg Heil! Aproximadamente desde 1925, constituyó la forma ordinaria de saludo entre los nacionalsocialistas alemanes. Hitler imitó esta clase de saludo no sólo del “saluto romano“ implantado por Mussolini en Italia -a imitación, a su vez, del saludo del Imperio Romano-, sino también de las costumbres propias de su tierra de origen, Austria, donde Heilsalud!) era una forma de saludo corriente entre amigos, sobre todo entre los grupos pangermanistas austriacos con los que Hitler simpatizaba durante su infancia en Linz, frente a la expresión Hocharriba!) empleada por los partidarios de la casa de Habsburgo . Hitler decidió apropiarse del saludo fascista tras leer que, en la Dieta de Worms, que Lutero fue recibido con ese saludo, que por aquel entonces tenía un significado pacífico.



Éste "saludo alemán" se hizo obligatorio para los empleados públicos desde 1933, mediante un decreto. Se imponía el saludo con el objetivo de mostrar "de forma manifiesta la solidaridad de todo el pueblo alemán con su líder". Y amenazaba: "cualquiera que no desee hallarse bajo la sospecha de estar conscientemente comportándose de forma negativa tendría por tanto que dar el saludo Hitler". Más tarde se dispuso una cláusula adicional que estipulaba que si por causa de discapacidad física no se podía elevar el brazo derecho, sería correcto levantar el izquierdo.

Incluso la propaganda recurrió al falseamiento. Leni Riefensthal, en su premiadísimo documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín (considerado el mejor y más innovador documental de la historia), hizo filmar a distancia el saludo olímpico de los deportistas franceses (brazo estirado lateralmente con la palma de la mano hacia abajo) de tal modo que el espectador tenía la sensación de que los atletas estaban rindiendo pleitesía al Führer mediante el saludo nazi.