viernes, 28 de marzo de 2008

Lámeme el trasero con esmero. Mozart (II)

El famoso Canon del que hablo, no lo puedo colocar, pero pongo el enlace:

Abajo del vídeo viene la letra en inglés:

http://es.youtube.com/watch?v=SHIw-ZfbDSQ

¿Era Mozart tan infantil como aparece en Amadeus ? Esa risa desquiciante, esa manera de comportarse... ¿Tienen visos de realidad?

Veamos : . En 1885, el neurólogo francés Gilles de la Tourette describió un síndrome al que luego dio nombre y lo define como “una afectación nerviosa caracterizada por descoordinación motriz acompañada de ecolalia y coprolalia(la segunda es una tendencia patológica a proferir obscenidades, sonidos, movimientos y frases inapropiadas. y la ecolalia repetir lo que dicen los demás, incluso puede parecer que se hace de forma burlesca).

En el Congreso Mundial de Neurología de Viena, celebrado en 1985, se consideró que Mozart
fue un caso arquetípico del mismo.

Pero ¿en qué consiste este síndrome? Es la enfermedad de los "tics" y se puede acompañar de otra serie de síntomas - con frecuencia, también hiperactividad - que pueden llegan a producir una enfermedad grave, más no en todo el mundo, pues existen distintos grados de la afección. La causa es una lesión o disfunción de los núcleos basales del cerebro. También lo padecía André Malraux, del que otro día hablaremos.

De la estancia de Mozart en Londres, a los ocho años cuando escribió su primera sínfoníaK-17”, hay testimonios de que hacía muecas con frecuencia, tableteaba con las manos sobre cualquier superficie y movía las piernas continuamente cuando estaba sentado. En la película Amadeus , esa especie de risa tonta que tiene Mozart sería un "tic fónico". Se conservan muchas cartas de Mozart. Pues bien, en una parte de ellas se encuentran términos malsonantes como caca, pis, culo, etc., y por tanto, su "coprolalia" que además es referida por múltiples escritos de amigos durante su estancia en Viena, estando además acompañadas de irritabilidad.

Decía su cuñado
Lange que cuando estaba ocupado con un trabajo importante, no sólo hablaba confusa y desconectadamente sino que aumentaban las muecas y gestos extraños y que no podía comprender cómo existía un neto contraste entre las divinas ideas de su música y aquellas explosiones de vulgar chabacanería.


Como colofón compuso un canon bajo el título de Lámeme el trasero con esmero.

La tercera entrega será sobre el Mozart intelectual.