martes, 15 de julio de 2008

¡Ay que me meo! ( de risa)

Éste sí que sabe reírse y disfrutar.

Umberto Eco en "El nombre de la rosa"nos muestra una discusión sobre la risa, entre Guillermo y Jorge:

«La risa es signo de estulticia. El que ríe no cree en aquello de lo que ríe, pero tampoco lo odia. Por tanto, reírse del mal significa no estar dispuesto a combatirlo, y reírse del bien significa desconocer la fuerza del bien, que se difunde por sí solo.» Pg. 125

Es la opinión de Jorge de Burgos. Reírse del mal también significa darse cuenta de que no existe, que es lo peor para la mente de un fraile intransigente.

En esta otra frase, Jorge sigue defendiendo su idea:

«Y así, al reír, el necio dice implícitamente: «Deum non est.»» Pg. 126.

Porque para él Dios es terquedad y fanatismo, lo opuesto al humor.

En mi opinión la risa es la antítesis del miedo. Lo mismo que la tristeza es la antítesis de la alegría y el amor lo es del odio. Por eso, la risa es temible para una concepción religiosa que se basa en el temor de dios.Los monjes medievales tenían prohibído reirse.

La trama de El nombre de la Rosa se sustenta en la aparición de una copia, dentro de la biblioteca del monasterio, del segundo libro de La poética de Aristóteles, supuestamente perdido, que estaba dedicado al estudio de la comedia antigua y al concepto de catarsis. No se sabe a ciencia cierta si existió, aunque todo parece indicar que sí. Hay varias teorías sobre su desparición aunque la más plausible es la de Richard Janko, que señala que en general la poética no fue muy popular y esa falta de interés hace que desaparezca la segunda parte en sucesivas ediciones. Eran muy leídas, en cambio,la ética , la política,etc.

En su libro "Expresión de las emociones en el hombre y los animales" Charles Darwin señala que la base evolutiva de la risa tiene por función la expresión social de felicidad y que esto otorga una ventaja de supervivencia cohesiva para el grupo. El sonreír y la risa no son únicamente expresiones humanas; de hecho, se ha observado en jóvenes chimpancés una cara juguetona con su vocalización asociada que acompaña acciones como el juego, las cosquillas o el juego de morder.

Según Kant lo que provoca la risa es manifestación de algo absurdo, un agujero en la explicación de las cosas; pone como ejemplo, que a él le parece graciosísimo, el caso de un comerciante al que entristeció tanto perder su fortuna que hasta su peluca se volvió gris.

Henry Bergson lo explica como el contraste entre los proyectos y la inercia que los trunca (como el que corre a coger el autobús y resbala por la piel de un plátano)

Clément Rosset dice que es cuando lo caótico del azar se impone de pronto sobre las apariencias del orden.

George de Santayana dice que contra la vanidad y el autoengaño, contra la verborrea por la que el hombre se cree que es la meta del universo, la risa es la mejor defensa propia.

En El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera señala que el mundo está dominado por ángeles y por diablos, y que es necesario un cierto equilibrio entre ambos poderes:

"Si hay en el mundo demasiado sentido indiscutible (el gobierno de los ángeles), el hombre sucumbe bajo su peso. Si el mundo pierde completamente su sentido (el gobierno de los diablos) tampoco se puede vivir en él."

"Las cosas, repentinamente privadas del sentido que se les supone, del lugar que tienen asignado en el pretendido orden del mundo [...] provocan nuestra risa. La risa pertenece pues, originalmente, al diablo. Hay en ella algo de malicia (las cosas resultan diferentes de lo que pretendían ser), pero también algo de alivio bienhechor (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten vivir más libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad)"

La risa es, sobre todo, un remedio eficaz contra el "espíritu de la pesadez": nos alarma y a la vez nos da gozo porque nos dispensa por un instante de nuestra obligación de mantener la coherencia, nos alivia y nos hace comprender que no somos los guardianes de lo que ocurre.