sábado, 30 de agosto de 2008

Alimentación y salud

La lucha libre de las Divas de la WWE, lo más sano, mezcla de los aeróbicos con la fuerza.

Hoy nos ponemos marujos. Cosas nuevas que he leído sobre alimentos, peso, salud...

CAFÉ: Parece sobre todo beneficioso. Sin excesos enormes. Ya decía Paracelso que no hay drogas, sino dosis. Aumenta la capacidad de atención, tiene los famosos efectos antioxidantes, la cafeína es beneficiosa para los que padecen asma e incluso parece que controla reacciones alérgicas poruqe es antihistamínico.

No afecta al embarazo con una dosis máxima de 3 - 4 tazas, no acelera la osteoporosis, pues la pérdida de calcio por su consumo en insignificante, no ha encontrado ninguna relación con el cáncer. Ni produce riesgo cardiaco ni aumenta el colesterol. Incluo podría reducri el riesgo de algunos cánceres.

Todo esto de lo que se conoce ahora. Al año que viene, vaya usted a saber.

HUEVOS: Salvo en personas con cierta predisposición, hay unanimidad en la poca relación entre ingestión de huevos y colesterol en la sangre. La afirmación contraria nació hace años cuando “por lógica” se pensó que las cantidades tan elevadas de colesterol en la yema del huevo debían aumentar el colesterol sanguíneo. Los estudios más rigurosos y actuales que he revisado dicen que no es así, que esto es un mito. Aseguran que las grasas saturadas son el problema real, y que el huevo es muy beneficioso y no debe restringirse.

AGUA: Perdemos agua del cuerpo pero no necesariamente los dos litros que dicen debemos tomar. Muchos alimentos ya tienen agua. El exceso de agua puede provocar un desequilibrio de sodio en el organismo, lo que se llama hiponatremia.

ENGORDAR: Una nueva corriente de investigación sobre la epidemia de obesidad y sobrepeso, apunta a que la raíz del problema está en la disminución de la masa muscular, ya que si este tejido estuviera sano metabolizaría el 80 por ciento de las grasas y de los azúcares. La pérdida de masa muscular perjudica la plasticidad metabólica, aumenta la resistencia a la insulina, conlleva la pérdida del mineral de los huesos, daña el sistema cardiocirculatorio y aumenta la masa grasa.

Entonces, no sería suficiente la dieta ni el ejercicio físico aeróbico, como defienden las corrientes tradicionales, sino desarrollar la masa muscular. Apostar por el ejercicio con sobrecarga, que no se limita al levantamiento de pesas sino a trabajar con el propio peso del cuerpo.


Otro día hablaremos del cerebro.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Errores del aprendizaje (en casa y la escuela)

Aquiles abandonó el gineceo y se atrevió a ser mortal (y adulto).

Se ha hecho creer a los niños que lo podían inventar todo, incluso la construcción de su propio conocimiento estimulando su creatividad. La verdad es que las reglas se tienen que aprender, no se pueden inventar.

Después se ha ènseñado que en el aula se podía sustituir el trabajo por el juego y luego que primero hace falta motivar a los alumnos y después hacerlos trabajar. Es lo que en sería una pedagogía del anzuelo. Estas dos ilusiones complementarias, no han funcionado nunca, pues si bien en un primer momento los alumnos se interesan por los temas después no trabajan, porque no tienen asumida la responsabilidad del trabajo y el esfuerzo.

Lo último ha sido hacer creer a los estudiantes que ser joven es genial y formidable y que ser adulto o viejo es una catástrofe cuando la verdad es que el mundo de los adultos bien orientado es más rico, más profundo y más apasionante que el mundo de la infancia. Haber hecho creer estas ilusiones provoca en la juventud un interés enfermizo por la cultura fácil con menoscabo de la cultura interesante.

Para enmendar ésto hay revalorizar el papel del trabajo y el esfuerzo, pues sólo así los alumnos podrán disfrutar de un mundo interesante y no de un futuro pobre. Esto supone impartir de forma inteligente y con significado las enseñanzas tradicionales. Y dar la vuelta a la ilusión pedagógica de que primero hay que apasionar a los alumnos y después hacerlos trabajar. Es al revés. Uno sólo trabaja por obligación. No hay espontaneidad en el aprendizaje. A todos nos ha marcado algún profesor, y siempre era un ser carismático que nos hacía trabajar, no un animador cultural. La ilusión pedagógica nos dice que podemos reemplazar el trabajo por el juego. De ahí el desastre.

Hay que inventar nuevas formas de autoridad sin volver atrás como reaccionarios. Los pilares de la educación desde siempre son la vertiente cultural griega, la ley romana o judía y el concepto del amor cristiano. Unas sin otras, no funcionan.

sábado, 23 de agosto de 2008

Las drogas antes del siglo XX


Para los antiguos, la costumbre de consumir una droga -por razones recreativas, religiosas o terapéuticas- no se distinguía de cualquier otra costumbre, no suscitaba inquietud social y no interesaba lo más mínimo al derecho ni a la moralidad establecida. La única excepción a esta regla son las bebidas alcohólicas, que sí generaron discusiones teóricas, reproches éticos e incluso persecución en algunas zonas de Europa y Asia; en algunas religiones (como la brahmánica, la budista y la islámica), alcohol es sinónimo de oscuridad y mentira, y la regla mahometana decreta apaleamiento para quien sea hallado borracho.

La filosofía griega discutió abundantemente en torno al vino, argumentando algunos que era básicamente una maldición, y otros, como Platón, que le otorgaban virtudes sagradas. A diferencia de los pueblos germánicos, que toleraban la embriaguez de mujeres y hombres jóvenes, la cultura grecorromana prohibía severamente su uso en tales casos; en tiempos de Tarquino el Grande, por ejemplo, una dama fue condenada a morir de hambre tras descubrirse que tenía las llaves de una bodega. Severísima fue la represión del culto báquico en la Roma republicana –entre el 186 y el 180 a.C.-, que supuso exterminar a unas diez mil personas, si bien el trasfondo del caso sugiere que además del escándalo producido por ritos orgiásticos había razones de conveniencia política, que poco después desembocarían en las primeras guerras civiles.

Por lo que respecta a las otras drogas, el criterio de la antigüedad grecorromana y asiática lo describe la ley Cornelia sobre homicidas y envenenadores, que estuvo vigente desde tiempos republicanos hasta el fin del Imperio: Allí droga es una palabra indiferente, donde cabe tanto lo que sirve para matar como lo que sirve para curar, y los filtros de amor, pero esta ley sólo reprueba lo usado para matar a alguien sin su consentimiento.

El saber farmacéutico de los griegos y de los romanos llegó a Arabia gracias a las obras de Dioscórides, un griego que sirvió en las legiones romanas durante el siglo I. Recorriendo todo el imperio romano, desde España hasta el Asia Menor, investigaba las plantas que pudieran servir como fármacos. Antes de morir transcribió toda su información en De materia médica, obra en cinco tomos que sirvió como catálogo básico de drogas durante 1500 años. A lo largo de la Edad Media los monasterios actuaron como depositarios del saber europeo y forjaron un estrecho vínculo entre religión y medicina recetando remedios tanto médicos como espirituales; sin embargo, la introducción de las drogas árabes en la Europa cristiana de finales del medioevo trajo consigo una nueva especialidad: la farmacia.
Ulteriores informaciones sobre uso de sustancias psicoactivas desaparecen casi por completo hasta el siglo XIII. Es entonces cuando se han difundido los primeros aguardientes (generando grave inquietud tanto en Europa como en China), cuando comienza la cruzada contra las brujas (a quienes se acusa de “tratos con hierbas y pócimas diabólicas”), y cuando se opera un giro hacia el fundamentalismo farmacológico en el mundo islámico (que busca prohibir café, opio y haschisch).

Tras el descubrimiento de América -un continente con culturas hechas a una rica variedad de drogas en contextos tanto religiosos como terapéuticos y recreativos-, tras una alarma inicial, por motivos teológicos realmente, empieza a cundir –gracias a humanistas, médicos y boticarios- un criterio laico, y el arsenal de sustancias conocidas pasa a considerarse materia médica, libre de estigma teológico y poder sobrenatural.
Durante los siglos XIV y XV las boticas se instalan en locales cerrados que se convierten en elementos básicos de la práctica médica europea. Los médicos ven a sus enfermos en la farmacia local, donde también el farmacéutico receta las drogas que prepara. Paracelso y sus sucesores contribuyen en gran medida a la reintroducción de las sustancias psicoactivas en la farmacopea occidental; defienden particularmente al opio, visto entonces como una panacea. Pronto deja de ser una sustancia ''diabólica'' para convertirse en un ''don de la providencia''. Este nuevo don es capitalizado por la iglesia católica durante el Renacimiento. Basados en textos árabes, romanos y griegos, los monjes se dan a la tarea de preparar diversas drogas; de tal suerte que en el siglo XVI todos los monasterios importantes no sólo cuentan con su propio hospital y sus médicos, sino con una extensa farmacia. Los médicos misioneros y las órdenes de monjas enfermeras datan de esta época.
En el mismísimo Quijote, Cervantes habla del Clavileño , de lo que debió tomar el hidalgo al montar en ese Rocinante de madera y subir en su grupa a Sancho , mientras le decía "Amigo Sancho, de esta manera estaremos a la mañana en París y a la tarde en Potosí".
Durante el siglo XVIII se aíslan los principios activos de varias plantas medicinales: morfina ,codeína, cafeína, estricnina, quinina, cocaína, heroína, mezcalina etc. En adelante ya no será necesario transportar plantas perecederas de un sitio a otro porque en un maletín lleno de morfina o cocaína podrán acumularse hectáreas de sembradíos. Tampoco prevalecerá la incertidumbre derivada de la desigualdad de concentraciones en plantas de la misma especie, pues la pureza de los alcaloides permitirá dosificaciones exactas, multiplicando los márgenes de seguridad para el usuario. En menos de un siglo el trabajo de la química orgánica hizo más que en toda la historia universal previa.
Con esta revolución, la adormidera y sus derivados, se convierten en medicamentos populares. El láudano, las tinturas y los polvos se dispensan en las farmacias a bajo costo, tal como hoy en día las aspirinas o el bicarbonato de sodio. Poco después, comienza a cundir también su uso lúdico.
Desde los inicios, y hasta la segunda mitad del siglo XIX, seguimos sin hallar testimonios de toxicomanía o adicción, salvo casos de alcohólicos, tabacómanos y cafetómanos, que -por cierto- suelen recibir castigos crueles; Francisco I de Francia decreta pérdida de las orejas y destierro para los primeros, en Rusia los bebedores de café se exponen a perder la nariz si son descubiertos, y en Irán –como también en algunos puntos del norte de Europa- el tabaquismo se paga unas veces con tormentos y otras con pena capital.

jueves, 21 de agosto de 2008

Historia del ojo

Hans Bellmer, ilustración de la novela, 1946

Un joven Georges Bataille - a la sazón numismático de la Biblioteca Nacional de París - y uno de los grandes pensadores - antropólogo- sobre el erotismo, escribió una novela, La historia del ojo, bajo el seudónimo de Lord Auch, cuya primera aproximación temática se le ocurrió cuando un día, en compañía de Ernest Hemingway, éste le relata cómo un toro había arrancado de una cornada un ojo al diestro Granero.

En La historia del ojo, alude Bataille varias veces a ese incidente. Señala que quería buscar la más grande obscenidad y en ese tiempo cayó en sus manos un libro de anatomía animal, donde aparecían los testículos de un toro, Siempre se imaginó que debían ser como una masa de un rojo vivo, parecido al de la carne. Pero comprobó que los del toro y otros mamíferos tienen todo el aspecto y color de un globo ocular.

Simone, la heroína de la obra de Bataille, muestra una pasión morbosa por todo lo que recuerda al globo ocular, desde los huevos de gallina, que casca al borde del bidet, hasta los testículos de toro en la arena, que luego se comen asados, al fin de las corridas; "Esas glándulas de la forma y tamaño de un huevo eran de un blanco resplandeciente, surcado de venillas rojas, igual que un globo ocular".

Al final Simone acaba sacándole un ojo a un cura para metérselo en el ano.


domingo, 17 de agosto de 2008

Sade y la libertad


En la época del Marqués de Sade, la literatura erótica tenía una función claramente transgresora, era revolucionaria. A través del erotismo Fourier (poner la sociedad al servicio de las pasiones), Mirabeau o Diderot expresaron utopías sociales y teorías audaces sobre la naturaleza humana.


Sade estaba a favor del libertinaje, del despotismo del placer - contrario y nada que ver con el despotismo político - . La vida es una lucha y cada individuo tiene la posibilidad de atreverse a satisfacer sus deseos, que es lo único que puede salvarle, con lo que estoy de acuerdo totalmente.


El velo de conocer si Sade, en caso de que hubiese gozado de impunidad, hubiese cometido crímenes o llevado a la práctica algunas de sus escrituras extremas, empaña y entorpece la lectura de su obra. Ciertamente tenía la manía de la flagelación, pero esa afición estaba muy extendida en su época y en todos los burdeles de París ofrecían instrumentos de golpear para obtener y dar placer.


Al final se refugió en la imaginación. Se había acostumbrado a gozar mentalmente y en lugar de azotar, leía a las mujeres páginas suyas repletas de expresiones obscenas y lujuria.


Nadie ha expresado como Sade la libertad absoluta. Sus héroes pisotean todas las convenciones de la sociedad para dar rienda suelta a sus instintos, pero argumentando con lógica aplastante. Todos los actos están encaminados a gozar de la manera más placentera y singular. En Juliette, dice la protagonista que la han hecho morir de placer, pero que es el momento de sentarse a reflexionar y hablar, que no todo consiste en experimentar sensaciones, también hay que analizarlas.


En La filosofía en el tocador, argumenta y aconseja a la mujer, que mientras otros placeres morales están reservados para mentes privilegiadas, los placeres de follar gustan a todos y ese encanto pronto supera los rumores de la sociedad, de los que muchas hembras se han burlado, añadiendo un placer más, el de ser implacables con los puritanos, al ya enorme placer de gozar. Señala que gozar y follar es para cada cual lo que puede hacer con su cuerpo que sólo le pertenece a cada uno. La inmortalidad así la gana la mujer, que queda perenne en la memoria de los hombres; pronto se olvidó a Lucrecio, pero Mesalina es tema de muchas conversaciones aún.

viernes, 15 de agosto de 2008

¡Eres de desordenado, hijo!


Fotografía, el caos en el orden

Hace tiempo que sabemos de la vulgaridad y el aburrimiento del orden. Menos mal que nunca lo conseguimos del todo. Por ejemplo, cuando creemos haber puesto un poco de orden en nuestra biblioteca, llegan nuevos habitantes para hacerse un espacio, para desordenar el orden… y así con casi todo.

De todo eso que solemos llamar defectos, el desorden es el más ligado a nuestro temperamento. Al menos al temperamento más libre, menos domesticado. Amamos instintivamente el desorden. Y eso indica generosidad de corazón y de espíritu. Es preferir el riesgo a las mezquinas certidumbres. El orden es imperioso, estrecho, cruel. El desorden permite adaptarse a las nuevas expectativas

Cuando era niño se llamaba gente de orden a los del régimen de Franco. Qué miedo me daba la gente de orden, la que quiere retroceder al siglo XVII, los ordenados de toda la vida.

Eric Abrahamson, profesor de la Columbia Bussiness School ha estudiado con modelos matemáticos la eficacia del desorden. Afirma que si en una organización se habla de reestructuración, es difícil que se tome en cuenta el alto costo de llegar al nivel buscado. Y además, cierto desorden permite a las personas e instituciones ser más creativas y flexibles.

Hay que encontrar el punto intermedio. Si uno trabaja, genera desorden y tiene la opción de parar y ordenar y organizarse o seguir trabajando. Si sigue trabajando, en un punto ya no podrá hacer nada por el desorden total. Si se para a ordenar a cada rato, tampoco se podrá avanzar. Hay un punto medio donde el rendimiento es el más eficiente. Ese es el nivel de desorden óptimo, señala Abrahamson.

Alexander Fleming, se fue de vacaciones sin ordenar ni limpiar su laboratorio y al regresar encontró un círculo de moho que había invadido uno de sus cultivos de bacterias. El estafilococo de su cultivo parecía mantenerse apartado del moho e, intrigado, Fleming lo puso bajo su microscopio y así descubrió la penicilina.

Fleming ya se beneficiaba del desorden de su laboratorio porque el tiempo no dedicado a ordenar lo dedicaba a investigar. Pero, además, el desorden creó conexiones, es decir una resonancia entre el laboratorio y el mundo de alrededor, y llevó a consecuencias inesperadas (algo que ya le había pasado antes: descubrió el lysozyme, una sustancia moderadamente antibiótica, al estornudar sobre una muestra de bacterias.

En las oficinas ejemplo del escritorio es muy ilustrativo. Según las políticas de escritorios limpios de muchas empresas, cada papel que llega debe ser archivado correctamente de inmediato. Empero, si dejamos que se acumulen 10 papeles, estaremos haciendo un solo viaje al archivo en vez de diez... ¡y posiblemente en un momento donde no haya tanto trabajo urgente! Además, sin la separación creada por estos sistemas externos de orden se pueden ver relaciones entre cosas juxtapuestas que, de otra manera, hubiera sido mucho más difícil ver.

El paradigma de la eficacia del orden es una obsesión que heredamos de la revolución industrial y el paradigma de la eficiencia de la máquina que fue llevado a lo social e incluso a la familia. Está el célebre caso de Galbraith que, como quería una familia eficiente, ponía clases de alemán a sus niños cuando estaban en la bañadera, hacía que los grandes limpiasen la superficie de los muebles y los más pequeños las patas, y les sacó a todos las amígdalas (12 hijos), para ver cómo hacerlo de la manera más efectiva. Pero yendo mucho más atrás, el orden tiene resonancias religiosas (Dios, después de todo, es el primer organizador, que separó la luz de la oscuridad) y Freud reforzó nuestras creencias en el siglo XX. Por eso, no es de extrañar que dos tercios de encuestados admitan sentir culpa por ser desordenados.

Lo mismo ocurre con la economía. La Unión Soviética tenía una economía muy organizada, con planes quinquenales. El mercado es mucho más desorganizado, pero eso permite adaptarse y ser innovador, con ciertas regulaciones básicas.

Ilya Prigogine y Benoit Mandelbrot son los padres del paradigma científico que establece que la irreversibilidad y el desequilibrio implican la autoorganización. Lo real es caótico y por eso es creativo. Nosotros estamos compuestos por células, cada célula se relaciona con las demás a través del sistema nervioso, endocrino e inmunológico. Las conexiones son de tipo reticular, no están jerarquizadas. Una red con diferentes nodos donde no hay un centro. Otro ejemplo, si gotea un grifo, no lo hace de forma regular, no hay un modelo matemático que contenga esa goteo.Pues eso mismo aplicado en la vida.

miércoles, 13 de agosto de 2008

La hipocresía social

El mismísimo Larra.

No acierto a ver qué género de convivencia sería posible siendo siempre "gente sincera", gente que habla con "franqueza", sin "miramientos", diciendo en todo momento lo que piensa.

Diciendo siempre lo que pensamos la única instancia posible es la guerra civil. La hipocresía británica, tan célebre, ha alumbrado una de las democracias más sólidas y antiguas y el deporte del tenis, cuyo reglamento exige aplaudir al adversario.

Ninguna buena educación se basa en la sinceridad; los estragos de la sinceridad los hizo patentes Larra en un cuento titulado "El castellano viejo", donde el natural y espontáneo Braulio llamaba a la urbanidad hipocresía.

Ni siquiera Cristo llamó al pan, pan y al vino, vino.

La sinceridad tiene un efecto devastador. La hipocresía social es una virtud muy útil: se llama cortesía o buenas maneras.

lunes, 11 de agosto de 2008

La juventú violenta (2)

Alberto Durero, Eran mu volentos en 1515.

Nuestras sociedades son sociedades a las que se ha querido volver totalmente asépticas, sin riesgos, seguras y protegidas en todo ámbito. Y en el fondo, las sociedades asépticas son sociedades potencialmente peligrosas. Es algo parecido a los hospitales. Los hospitales son asépticos, pero entramos para curarnos un brazo roto y salimos con una infección.

Queremos tener las posibilidades culturales y de ocio de Nueva York pero con la vida tranquila que tenía por ejemplo Salamanca en los años 50s,

Cuando se quiere eliminar el riesgo, el riesgo se vuelve perverso. En latín, pervertir quiere decir “tomar caminos distintos”: la situación explota y no se puede dominar. Se trata de la vieja idea de Aristóteles, la noción de catarsis que muestra la necesidad de purgarse de vez en cuando. Ya no se sabe gestionar la violencia y una sociedad sin violencia ritualizada sólo puede ser sanguinaria. La cuenca mediterránea ha tenido un alarga tradición de ritualizar la violencia que se está perdiendo.

Las explosiones de violencia, como las de los jóvenes en los barrios de París el año pasado, se trataron de la respuesta de los chicos a esta asepsia de la existencia.

No creo que haya más violencia actualmente, como tanto se dice. Historiadores tan importantes como Jean Delumeau, especialista en la Edad Media, demuestran cuantitativamente que hoy hay menos que en otras épocas. Algunos historiadores del siglo XIX muestran que París hace un siglo era incomparablemente más peligroso: no se podía salir a la calle por la noche o por la tarde. La película de Leonardo di Caprio sobre Nueva York en ese mismo siglo mostraba las terribles bandas y las zonas de la ciudad por las que no se podía pasar. Ahora no hacemos guerras civiles para delatarnos y vengarnos del vecino a costa de su encarcelamiento o fusilamiento.

Por tanto, no creo que haya un ascenso, sino que es una especie de fantasía creada por la obsesión de la seguridad. La fantasía la genera su opuesto.

viernes, 8 de agosto de 2008

Las matemáticas de los niños están en sus genes


1.Visto en el programa REDES del entrañable Eduard Punset:

En la Universidad de Nottingham han realizado un estudio que demuestra que los niños pequeños son capaces de sumar y restar antes incluso de aprender aritmética.


Los científicos presentaron a niños de 5 años una serie de problemas que implicaban sumas y restas aproximadas de números grandes. Sin saber nada de aritmética, los niños consiguieron resolver bien los problemas.


Estos resultados ponen de manifiesto que las abstracciones simbólicas y no simbólicas forman parte de una especie de conocimiento innato en los niños. Los autores sugieren que el aprendizaje de las matemáticas podría enriquecerse en los niños actuando y construyendo sobre esta capacidad.


Inmediatamente recordé que ésto no era ninguna novedad. El Menón, de Platón, es un diálogo en el cual Sócrates reflexiona sobre la virtud. En medio de esa reflexión, quiere probar que un esclavo analfabeto que sirve en casa de su interlocutor - Menón - sabe geometría sin haber tenido profesor ni conocimientos. Le hace preguntas al muchacho y sin darle pistas consigue que resuelva un problema geométrico complicado, pues requiere números irracionales.


Sócrates señala que si el muchacho sabe griego - o sea, habla - es apto para la prueba. Si habla, sabe geometría. Es decir, la geometría no depende de la información, es inherente a la estructura lingüística. Hay una matemática innata en los humanos.


Los de la Universidad de Nottinghan llevan 2400 años de retraso.


2. Un post mío de hace poco, que resumo y puntualizo de nuevo con el Menón:


Marc Hauser, profesor de psicología en la Universidad de Harvard sostiene la tesis siguiente:
Nacemos con un instinto moral, una capacidad que crece de forma natural en cada niño, desarrollada para generar juicios rápidos sobre lo que es correcto o incorrecto, y basada en unos procesos que actúan de forma inconsciente. Parte de este mecanismo fue diseñado por la mano ciega de la selección darwiniana millones de años antes que nuestra especie evolucionase. Otros aspectos fueron añadidos o actualizados durante la historia de nuestros antepasados, y son exclusivos de los humanos y su psicología moral.

Según Hauser existen unos principios universales e inconscientes que subyacen a nuestros juicios sobre lo correcto y lo incorrecto. Las diferencias culturales afectan a cómo actuamos frente a dilemas morales concretos (pena de muerte), pero no tanto en cómo los valoramos de una forma abstracta (matar es malo). En esto todos los humanos compartimos una innata lógica común.

Marc Hauser pretende hacer por la moral lo mismo que Noam Chomsky hizo por el lenguaje. Chomsky propuso la teoría por la cual se hizo famoso, cuya idea principal era la siguiente: si nos fijamos en la adquisición del lenguaje en el niño, los estímulos que recibe son escasos comparado con las generalizaciones que hace, con lo bien que lo aplica, no comete errores de construcción , no dice las frases al revés. Como resultado, tenemos que inferir que el niño ha nacido con cierto tipo de capacidades innatas que, en palabras del propio Chomsky, le permiten hacer “crecer” el lenguaje, no aprenderlo, sino hacer crecer como por ejemplo nos crecen los brazos.

Nuevamente aplico aquí la receta de Platón. Como recordamos, el Menón es un diálogo sobre la virtud. Sócrates, deduciendo del ejemplo de las matemáticas, afirma que igualmente, el saber de las proposiciones morales, como que es un cerdo quién abusa del débil, es inherente a la condición humana. Nadie tiene que ser ilustrado para conocer que es repugnante robar al pobre para dar el dinero al banquero. La tesis del Menón es que, tanto las proposiciones fundamentales de la ciencia como las de la moral, son innatas a los humanos.


lunes, 4 de agosto de 2008

El poder es enemigo de la inteligencia


Archimboldo. La naturaleza humana.


QUIEN TIENE UN ÁPICE DE PODER SE CONVIERTE EN ENEMIGO DE LA INTELIGENCIA

Es exacto: la inteligencia está habituada a discutir y el poder no quiere discutir, quiere mandar. El imbécil siempre ve la discusión como una agresión.

Todos los sistemas jerárquicos funcionan de acuerdo a una regla básica: hay que respetar las reglas y las costumbres. En un sistema jerárquico lo que cuenta es que alguien consiga hacer algo, no que se descubra el mejor modo de hacerlo. La inteligencia es como si la arena se introduce en unos engranajes, puede obstruir los mecanismos.

El genio es subversivo. En lugar de aplicar la norma la discute, bloqueando así el camino regular de todo sistema burocrático. Por eso la imbecilidad es el alimento vital de la sociedad. Si la norma fuera la genialidad, la jerarquía se extinguiría por falta de suministro. Las estructuras sociales más estúpidas prosperan y las más inteligentes mueren. Entonces, lógicamente, la imbecilidad sólo puede crecer.

¿Porqué los directivos están siempre ocupados?. Por la suma de dos principios. El de Peter : en una jerarquía cada persona tiende a ascender hasta que se revela incapaz; y la ley de Parkinson (Cyril Northcote Parkinson) que afirma que "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine" y que "el tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia" . A partir de ese momento y en adelante empiezan a multiplicar sus obligaciones para así ocultar su incompetencia.

RETROCEDIENDO AL ORIGEN

La evolución tanto biológica como social es un error con respecto a la norma. Y para que la norma misma sea posible son imprescindibles los desatinos que la infringen. El error merece ser encomiado porque es imprescindible para la vida. Todo cambio o evolución, tanto en la esfera biológica como social es fruto del error.

La diversidad de las especies que garantizan la vida se produce por un error o mutación en al cadena de ADN. La creación del universo, según la física cuántica, es fruto de «un error en el equilibrio original» que produce una gran explosión. El neardental poseía más cantidad de materia gris que cualquiera de sus semejantes antes y después de él, pero el que sobrevivió fue de nuevo el tonto: el cromañón. La cabeza del bebé neardental era un 15% mayor que la actual y la mayoría moría en el parto. La inteligencia quedó estrangulada desde su nacimiento.

LA CONTINUACIÓN

La selección no es sólo natural, sino cultural. Darwin ya se preguntó por qué los antiguos griegos sufrieron una decadencia imparable. Y es que fueron víctimas de las reducciones de talentos que se han producido en la evolución de nuestra especie, sobre todo a través de las guerras ¿Quiénes murieron bajo los muros de Troya?. Según Homero, los más listos y guapos. En la patria se quedaron los más tontos, cobardes e inútiles, pero les tocó garantizar la continuidad de la raza. Ninguno de los héroes que sobrevivió, al regresar al hogar, quiso quedarse en aquel pueblo de infames que había surgido, y todos escogieron el exilio.

Los listos desertan, Freud tuvo que exilarse, Solzenitsin fue condenado a un "gulag"; Sócrates, a muerte. España, tras dominar medio mundo, cayó en una terrible decadencia. A lo largo de tres siglos la Santa Inquisición eliminó a casi todos los mejores, aquellos que dudaban y planteaban problemas, y sin la duda no hay progreso. Según el historiador Ricardo García Cárcel el total de procesados por la Inquisición a lo largo de toda su historia fue de unos 150,000. La cifra de personas ejecutadas serían unas 3.000. El resto comdenado a la cárcel y al ostracismo.

Disuadidos de pensar, educados en deseos que nos han sido impuestos y que son idénticos a los del vecino, somos el producto de un largo proceso evolutivo dirigido a reprimir la obsoleta y molesta inteligencia.

domingo, 3 de agosto de 2008

La mujer épica

Acomodadita leyendo

En La insoportable levedad del ser, Kundera habla de dos tipos de mujeriego: los líricos, que buscan en cada mujer su propio ideal y los épicos, que buscan en las mujeres la diversidad infinita del mundo femenino.

Responde a la distinción de lo lírico y lo épico que desarrolla Hegel en su estética: lo lírico es la expresión de la subjetividad, lo épico proviene de la pasión de apoderarse de la objetividad del mundo.

Así, debido a que el mujeriego lírico persigue siempre al mismo tipo de mujeres, nadie se da cuenta de que cambia de amantes, los amigos le crean permanentemente conflictos porque no son capaces de diferenciar a sus amigas y les atribuyen siempre el mismo nombre.

Los mujeriegos épicos se alejan cada vez más, en su búsqueda del conocimiento, de la belleza femenina convencional, de la que se han hartado rápidamente. Buscan cada vez más la peculiaridad y nunca salen con sus amantes.