sábado, 27 de septiembre de 2008

Ludwig

Neuschwanstein
Ludwig muy jóven

Otto Federico Guillermo de Wittelsbach , hijo de Maximiliano II y de la Reina María de Prusia, nieto de Guillermo de Prusia y de Luis I de Baviera - amante de la famosa Lola Montes -, nació en Nymphenburg, Baviera, el 25 de agosto de 1845.

"Un eterno enigma quiero permanecer para mí y para los demás", le había escrito cierta vez a su institutriz, y ese enigma fascina aún. Yo lo descubrí por el film que pusieron en TV en 4 capítulos, Ludwig, de Visconti, con Helmut Berger, que realmente se parecía, excepto que el Ludwig real rápidamente engordó y se deterioró su belleza física juvenil.

Luis y su hermano Otto fueron educados severamente y con un fuerte sentido de la obligación. Sus padres se mantuvieron a cierta distancia.

"A Luis le gustaba disfrazarse …, disfrutaba haciendo obras de teatro, le encantaban pinturas y similares y él regalaba … de buen grado dinero y cosas de su propiedad" señalaba su madre. Todo esto continuó así. También su gran fantasía, su tendencia al aislamiento y un acusado espíritu de soberanía se atestiguan desde su infancia.

A los 18 años ocupó el trono de Baviera con el nombre de Luis II.

En un comentario retrospectivo hecho en 1873, diría él mismo: "He sido rey excesivamente pronto. No he aprendido lo suficiente. Había comenzado tan bien, ... estudiando derecho público. De repente fui arrancado y sentado en el trono. Ahora, todavía intento estudiar"

Ya en el año 1866 sufrió la mayor derrota de su vida: La expansionista Prusia venció a Austria y Baviera en la "Guerra Alemana" de 1866. Desde entonces Baviera dependería de Prusia en política exterior y su rey se convirtió en dependiente de su tío prusiano, con una autonomía muy limitada. Entonces, liberado Ludwig de buena parte de los asuntos de estado, se empezó a dedicar a la cultura, su fascinación.

Wagner

Los dramas musicales y escritos de Richard Wagner entusiasmaban ya al príncipe cuando era heredero. Luis quería llevar al compositor a Múnich tan pronto fuera rey y llevar a cabo la idea de los festivales. En 1864 llamó a Wagner a la corte sacándole con ello de una gran estrechez económica.

"… Hoy he sido llevado ante él. Por desgracia es tan bello y genial, inspirado y magnífico, que temo que su vida se desvanezca como un fugaz sueño divino en este mundo malvado. De la magia de sus ojos no puede Vd. hacerse ni idea: ¡ si pudiera sobrevivir; es un milagro demasiado inaudito!", escribió el compositor tras su primer encuentro.

En los años siguientes, Múnich se convirtió en capital musical europea con los estrenos de "Tristán e Isolda" (1865), "Los maestros cantores de Núremberg" (1868), "El oro del Rin" (1869) y "La Walkiria" (1870). Con ello Luis II continuaba brillantemente la tradición de mecenazgo de la casa de Wittelsbach.

Sin embargo, Wagner tuvo que abandonar Múnich ya a finales de 1865 por haberse inmiscuido en negocios del gobierno. Tiempo después, Luis II protestó ante manifestaciones antisemíticas de su amigo, pero continuó sufragando el costoso mantenimiento del talento de Wagner. La planeada monumental sala de conciertos se construyó, de forma mucho más simplificada, en Bayreuth, inaugurándose en 1876 con el ciclo "El anillo del Nibelungo"; en 1882 se estrenó "Parsifal". Sin el entusiasmo de Luis II no se hubieran podido celebrar los festivales de Bayreuth, los más prestigiosos del mundo en cuanto a música clásica.

Ludwig más maduro y gordito

Arquitecto

Luis II estaba convencido de la idea de una monarquía santa por la gracia de Dios. En realidad él era un monarca constitucional, un dirigente estatal con derechos y deberes y poca libertad de movimientos. Por ello construyó su universo paralelo, su fantástico mundo aparte, en el que – lejos de la realidad – podía sentirse como un verdadero rey. Desde más o menos el año 1875 vivía de noche y dormía durante el día.

Ya desde el año 1868 habían surgido bocetos ideales creados por escenógrafos de un "Nuevo Castillo de Hohenschwangau", más arriba del apacible castillo de Hohenschwangau de su padre, y de un "Palacio bizantino" y de una copia de Versalles. Desde el comienzo su universo paralelo trascendía las épocas. El "Nuevo Castillo" (posteriormente llamado Neuschwanstein), transportaba al imperio cristiano medieval.

La construcción de este palacio, que Luis exigió que estuviera hecho de cabo a rabo por trabajadores bávaros, con materiales bávaros, sin apenas importaciones extranjeras, desarrolló una poderosa artesanía que hace que, hoy por hoy, Baviera siga siendo uno de los enclaves industriales más poderosos de Alemania.

El nuevo Versalles, construido desde 1878 en el lago de Herrenchiemsee, rememoraba el absolutismo barroco de los Borbones como reyes de Francia.

Contrariamente a lo que se piensa, en principio Luis II utilizó su fortuna familiar para la construcción de estos castillos, aunque pronto no le era suficiente y acabó endeudando fuertemente a su Estado. En la construcción de los castillos fue ayudado por el diseñador de edificios Christian Jack.

Al contrario que sus estancias en las montañas, las de Múnich se fueron haciendo cada vez más cortas. Para mantener vivo su universo paralelo le ayudaban las "representaciones privadas" en el teatro de la corte de Múnich, representaciones de teatro y operísticas privadas, sólo para el rey.

El Grial

Luis II se fue identificando cada vez más con Parsifal, figura de sagas medievales que, gracias a la pureza y a la fe, se convierte en rey del Grial y con ello en salvador de su antecesor, un gran pecador. La lucha interior relacionada con la liberación de los pecados y la pureza se refleja de modo dramático en los diarios de un rey que era muy creyente. La última ópera de Richard Wagner, "Parsifal", compuesta desde 1877, trata precisamente este mito como tema. Entre Wagner y sus allegados llamaban al rey "Parsifal". Neuschwanstein, en sus orígenes dedicado a los cantores medievales, fue reinterpretado como castillo del Grial y la Sala del Trono se decoró como la sala del Grial.

Amores

A pesar de que ciertas películas hayan insinuado una relación amorosa entre Luis II y la futura emperatriz Sisi esta relación es carente de fundamento y sin base real.

A través de su reinado, Luis tuvo una serie de enamoramientos con hombres apuestos. En 1869, comenzó a llevar un diario en el cual registró sus pensamientos privados y habló de sus tentativas de suprimir sus deseos sexuales y mantenerse fiel a sus dogmas católicos. Los diarios originales de Ludwig se extraviaron durante la Segunda Guerra Mundial y todo lo que queda hoy son copias de escritos hechos antes de la guerra. Estos escritos copiados del diario, junto con cartas privadas y otros documentos personales que han sobrevivido, sugieren que Luis luchó contra su homosexualidad.

Desde 1885 los bancos extranjeros amenazaban con embargo. El rechazo del rey a reaccionar racionalmente ante esto fue, en 1886, el desencadenante para la declaración de su incapacidad para gobernar y su derrocamiento por el gobierno – un procedimiento no contemplado en la constitución bávara. Luis II fue internado en el castillo de Berg.

Su muerte se produjo en el lago de Starnberg el 13 de junio de 1886. Por la tarde-noche Luis pidió pasear con su médico-psiquiatra Gudden. Éste aceptó de buen grado y mandó a los guardias que no les siguiesen, ya que confiaba en Luis debido a su reciente recuperación. Los dos hombres nunca volvieron y fueron encontrados ahogados dentro del lago Starnberg a las 23.30. La muerte estuvo bajo sospecha de todos, de hecho, Luis era un gran nadador, y se dice que fueron dos hombres los que "amablemente" le acompañaron hasta el lago. Otra versión es que el propio Ludwig, espantado con la perspectiva de su reclusión, asesinó al médico y luego se suicidó.

Descanse en paz.