domingo, 30 de noviembre de 2008

Gudrun Burwitz, hija de Himmler

Puppi con Papi, 1938, a los 9 años
Ya tiene 79 años, es hija de Heinrich Himmler, el terrible jefe de las SS hitlerianas y es hoy la mente y el motor de la más eficiente organización de ayuda a los nazis sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial. Gudrun Himmler de Burwitz utiliza sólo el apellido de casada por los obvios escalofríos que produce el de su padre.

La organización que dirige Gudrun Himmler se llama Stille Hilfe, que se traduce como Ayuda en silencio. La mujer vive en Fürstenried, un suburbio de Munich, oficialmente con una modesta pensión. Pero Stille Hilfe maneja cuantiosos fondos que sirven para pagar a los abogados defensores de los nazis sometidos a juicios, para asistir a quienes por su avanzada edad están muy enfermos, o para sostener a los criminales de guerra encarcelados.El socorro discreto es dirigido con tenaz entusiasmo por Puppi (muñeca), como llamaban a la hija de Himmler cuando era una bella niña rubia, adorada como una pequeña diosa por los miembros de las SS.

El 4 de junio de 1941, cuando Gudrun, hija única de Himmler, se quejó ante su padre porque lo veía poco, el capo de las SS la llevó a dar un paseo por el campo de concentración de Dachau. Fue maravilloso, escribió en su diario, recordando que su padre le mostró perales, cuadros pintados por los prisioneros destinados al martirio y los bien cuidados huertos del campo de exterminio. "Hoy hemos estado paseando por el campo de concentración de Dachau y papá me ha enseñado la huerta donde crecen las lechugas y los cereales. Después hemos visto los cuadros que han pintado los prisioneros. Eran todos muy bonitos. Al final hemos almorzado muy bien". Esto escribió en su diario la pequeña Gudrun, cuando tenía 11 años.

A la niña de pelo rubio le fascinaba la botánica. Quizá por eso no se le ocurrió preguntar a su padre qué hacían tantos hombres y mujeres esqueléticos encerrados entre las altas alambradas que rodeaban Dachau.

Fue la primera y la última vez que Gudrun visitó el interior de un campo de concentración y jamás olvidará aquel entrañable rato que pasó junto a su padre, al que vio muy poco entre los años 1940 y 1944.

Durante esos largos periodos de ausencia, Gudrun recortaba las fotos de su padre que los periódicos alemanes publicaban con frecuencia para pegarlas en su álbum y no olvidar su rostro de lo poco que le veía. La última vez que Gudrun vio a su padre, el temible jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, fue en noviembre de 1944. A partir de entonces, y hasta aquel fatídico día de mayo de 1945 en el que el jerarca nazi se tragó una cápsula de cianuro, la pequeña Püppi, como solía llamarle también su padre, tan sólo habló con él por teléfono en unas cuantas ocasiones. Himmler decidió quitarse la vida dos días después de ser detenido por los soldados británicos.

En su diario, Gudrun recuerda que su padre la llevaba a pasar la Navidad con Hitler y que en los últimos tres años prácticamente hablaba sólo por teléfono con Himmler. Tras el suicidio de Hitler, el jefe de las SS, capturado por los aliados, se suicidó con una pastilla de cianuro. Puppi, que por entonces era una adolescente de 16 años, y su madre, fueron encarceladas por cuatro años en una prisión del sector británico de la Alemania ocupada.

Después llegó la amnistía y el compromiso de una desnazificación que Gudrun Himmler, por supuesto, no cumplió. Stille Hilfe nació en noviembre de 1951 bajo el manto protector combinado de miembros de la aristocracia alemana y distinguidos personajes de las iglesias católica y protestantes germanas, inspirados por un grupo de ex jefes nazis. Presentada como una organización humanitaria, la fundadora del socorro nazi fue la princesa Helene von Isenburg, quien pidió al papa Pío XII la liberación de 700 altos jefes del Tercer Reich, recluidos en la cárcel bávara de Landsberg. Pío XII prometió ocuparse y envió a monseñor Josef Zabkar, que recibió la lista de los perseguidos. Entre ellos estaba el príncipe de Waldeck-Pyrmont, asistente de Himmler y un pelotón de miembros de los Sonderkommando, los escuadrones de la muerte de las SS que actuaban en la retaguardia alemana en los países ocupados del Este europeo. Entre los fundadores de Stille Hilfe figuraban varios obispos, como el de Colonia y el responsable de Caritas de Alemania.

Gudrun Himmler se casó por entonces con el escritor Wulf-Dieter Burwitz. Tuvieron dos hijos. Puppi se convirtió pronto en el corazón de la organización de ayuda nazi, cuyas redes de socorro se extendieron desde Munich a Roma, Argentina y Sudáfrica ya en los años 50, Gudrun Himmler y sus compañeros no sólo defienden la obediencia debida sino que niegan la existencia de los campos de exterminio y el holocausto de millones de personas.