jueves, 30 de abril de 2009

Para salir del foso

La base de la crisis económica se debe al comportamiento de carácter especulativo del capital financiero (la banca y las cajas) y cuyo síntoma visible es la falta de crédito, sin el cual la economía no funciona. Y esta falta de crédito se debe a la escasez de dinero. Paradójicamente, los bancos y las cajas no tienen dinero. Resulta que en la época expansiva (y especulativa) de la economía dieron prestado tanto dinero que ahora tienen dificultades en recuperarlo. También tienen problemas en conseguirlo de otros bancos. De ahí que estén ahora pidiendo dinero del estado para que puedan prestarlo. Es lo que llaman “problemas de liquidez”, es decir, que necesitan más dinero para que puedan entonces prestarlo y así abrir el grifo del crédito. Y están recibiendo millones y millones de euros y de dólares.

En un programa radiofónico reciente en EE.UU. hubo el siguiente intercambio de opiniones. En la misma linea escuché a Pablo Motos en El hormiguero. Únicamente los niños y los humoristas se coscan de algo. Veamos: Un chico de 14 años le hizo la siguiente pregunta al asesor económico de la oficina del Presidente de EE.UU., el Sr. Lawrence Summers, “¿por qué el Estado no le presta dinero directamente a la gente y a las empresas en lugar de hacerlo a través de los bancos?”. El Sr. Summers le respondió que el sector privado es más eficiente que el publico, a lo cual el chico, muy avispado él, le preguntó de nuevo “Pero si son tan eficientes, ¿por qué han creado el problema que han creado, y por qué el estado ahora tiene que salvarlos?”. El Sr. Summers, no pudo contestarle.

La escasez de crédito provoca un descenso de la actividad económica, Pero esta ralentización económica en realidad es anterior a la crisis financiera. La mayoría de personas consiguen el dinero para poder comprar lo que necesitan a través del salario. En los últimos treinta años el salario hora de los trabajadores ha ido descendiendo en la mayoría de los países ricos. No se ha notado en principio en las familias porque el número de miembros que trabaja en las familias ha aumentado (la entrada masiva de la mujer en el mercado de trabajo es el fenómeno social más importante de este periodo). Así y todo llegó un momento que ni con esas podían las familias mantener su calidad de vida. Para mantenerlo, debieron endeudarse.

Y los que se beneficiaron de este endeudamiento eran principalmente los bancos y las cajas. Ahora bien, incluso así, llegó un momento en que ya no pudieron endeudarse más, en parte porque la oferta de crédito disminuyó (por las causas citadas anteriormente) y, más importante, porque no podían pagar las deudas. La mayoría tenía dificultades para llegar a fin de mes. Esta es la causa del problema que se llama falta de demanda. La gente no compra porque no tiene dinero. Y la economía se para.

Las posibles soluciones

Las soluciones son varias y se repiten cada vez que la economía entra en recesión. En EE.UU., el primero en desarrollar medidas de estímulo de la economía fue el Presidente Roosevelt. El Estado es el primer responsable de estimular la economía para que ésta crezca y cree empleo. Ahora bien, esto puede hacerse de dos maneras. Una, preferida por economistas conservadores y liberales, es bajando los impuestos y dando dinero directamente a la gente. (Los 400 dólares y euros que Bush y Zapatero dieron a la ciudadanía). Ahora bien, tales medidas de estímulo tienen un impacto estimulante muy reducido, pues la mayoría de la población, que está enormemente endeudada, suele utilizar este dinero más para pagar sus deudas que para consumir e incrementar la demanda. Dos terceras partes de la población estadounidense utilizó el dinero obtenido en las transferencias de 400 dólares del gobierno Bush para pagar sus deudas.

El otro problema de estas transferencias es que el incremento de la demanda puede estimular la economía del país productor de productos consumidos que puede no ser el que recibe las transferencias. Durante la Gran Depresión, el 92% del consumo estimulado por las transferencias públicas al ciudadano estadounidense se hizo en productos fabricados en EE.UU. Hoy tal porcentaje es sólo del 52%.

La otra medida para estimular la economía a fin de que se cree empleo es que el Estado desarrolle políticas públicas para crear empleo directamente, a través del desarrollo de obras públicas o expansión de los servicios públicos. El Presidente Roosevelt expandió enormemente el gasto público y gran parte de esta expansión fue para desarrollar la infraestructura física, humana y social del país que todavía existe en EE.UU. y que se conoce como el New Deal.

¿Qué quiere decir estimular la economía?La Organización Internacional del Trabajo acaba de publicar un informe que como siempre ha pasado desapercibido en la mayoría de medios, que estudia los distintos elementos del gasto público destinado por los gobiernos a estimular la economía, analizando su impacto . China es el país que está invirtiendo más en estimular su economía (13,5% del PIB); en EE.UU. es un 5,5% y en España un 0,8% del PIB, uno de los más bajos de la UE (¡y la derecha lo quiere bajar todavía más!), e Italia es incluso más bajo (0,3%). Este tipo de gasto (que el informe define como estímulo fiscal) es distinto al gasto que los gobiernos hacen en ayuda a la banca. Y aquí vemos que España, que es uno de los países que gasta menos en estímulo fiscal es de los que se gasta más en ayuda a la banca y cajas (14% del PIB). En realidad, España se gasta en términos porcentuales en ayuda a la banca más que EE.UU. (5,1% del PIB). Alemania, Francia y Gran Bretaña se gastan más que España: el 19,8%, 19% y 28,6% respectivamente. Ello corresponde al enorme poder que el capital financiero tiene en estos países. La Administración Obama se gasta más en estímulo fiscal (5,8% del PIB) que en ayuda a los bancos (5,1%).

Igualmente interesante es ver como los países se gastan su estímulo fiscal. Las cuatro categorías mayores son en 1.infraestructuras físicas o sociales. China, EE.UU., Japón y Portugal son los países que han incrementado más el gasto en tales infraestructuras. No así en España, que ha dedicado más a la categoría de 2.Transferencias a los consumidores a través de la reducción de impuestos y transferencias a grupos vulnerables. La otra categoría es 3.ayudas fiscales a las empresas como por ejemplo ayudas a la industria. Una última categoría es 4.ayuda a los municipios con el objetivo explícito de crear empleo. Aquí España, junto con EE.UU. y Francia, aparecen a la cabeza de la lista aún cuando las cantidades en España son menores. Sería de desear que España invirtiera mucho más de lo que hace en estas y otras estructuras, incluyendo en las áreas sociales que son en España muy deficitarias. España continúa hoy siendo el país con un gasto público social por habitante más bajo de la UE-15. No ha habido conciencia en el equipo económico del gobierno socialista de que el estado del bienestar es una inversión de gran rentabilidad y estímulo económico.

La economía es un arte